Fuente del Escurrizo
Villar del Olmo ha sido tradicionalmente un importante
paso para el ganado que atravesaba las tierras castellanas. Por ello, y pese a
la proximidad del Arroyo de la Vega, muchos de los manantiales del término
municipal se habilitaron como abrevadores donde el ganado y los pastores podían
abastecerse antes de adentrase en las tierras áridas del páramo.
Como se recoge en el segundo cuestionario de las
Relaciones de Felipe II, Villar es “abundoso de aguas de arroyos y fuentes en
ay en él y su término”. Es el caso de la Fuente del Escurrizo.
En plena ruta de la trashumancia, esta fuente permitía
aplacar la sed de pastores y ganado que circulaban por la Cañada de las Merinas.
El enclave, situado en lo alto de una ladera, poco antes de que el Cordel de la
Pica o de las Merinas alcance el páramo occidental, ofrece unas bellas vistas
sobre el valle.
Recientemente se ha rehabilitado y se han incorporado paneles informativos que analizan el paisaje e informan de las especies vegetales cercanas. El proyecto mereció un premio de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid.